Ante la creciente actualidad sobre el problema político que está aconteciendo en nuestro país, son muchas las noticias que nos llegan por todos los medios de información. Desde la televisión, la radio, periódicos e Internet no he podido evitar darme cuenta de lo importante que es conocer la veracidad o como en muchos casos me he encontrado, la falsedad de las noticias. Y esto viene, porque he visto muchas publicaciones de noticias falsas sobre la actualidad de la independencia de Cataluña, el llamado 1-O, donde el choque de las fuerzas políticas ha desencadenado barbaries contra los derechos humanos, teniendo como víctimas a los ciudadanos.
A la izquierda las portadas de los diarios en España, a la derecha las portadas de los diarios internacionales. ¡INCREÍBLE! #2Oct pic.twitter.com/L8VfhJitQ0
— Miguel de Ceяvantes (@CervantesFAQs) 2 de octubre de 2017
Siempre he pensado que la «des-información» es el mayor enemigo con el que nos podemos encontrar. Muchas veces pecamos de no conocer la realidad en su exactitud y ello propicia descontento entre las personas, donde su campo de batalla no es el diálogo. Sino lanzarnos pedradas unos a otros en un campo de batalla muy cómodo, las redes sociales.
La infinidad de hilos que he visto por Twitter sobre opiniones personales y refutaciones por personas en desacuerdo, nos demuestra que el diálogo ha pasado a «los puños» disfrazado de 140 caracteres (ahora 280). La palabra escrita se encarga de demonizar la expresión libre, siempre argumentable, y que pone en pie de armas a los que piensan diferente a nosotros.
Un ejemplo es la ironía de este tweet, mirad el vídeo y luego leed los comentarios, a ver qué os encontráis:
#CatalanRederendum otro votante del NO acosado y violentado por los de Sí pic.twitter.com/PKpL0h7bSR
— Rafael Vidal (@RafaVidalCasas) 1 de octubre de 2017
Casos como este, están hechos para levantar ampollas entre unas partes y otras. Y simplemente he cogido un tweet con miles de retweets, favs y comentarios.
Saliendo un poco de Twitter, el otro gigante del Big Data, Facebook; tampoco se queda corto. Vuelvo a reiterar la cantidad de publicaciones por parte de usuarios dando su opinión, ayudándose siempre de contenido multimedia como imágenes o vídeos. Consiguiendo así su toque de demagogia y ganas de entrar en discusiones con otros usuarios.
De nuevo, ¿qué podemos aceptar como real o falso?. En este caso, las plataformas informativas ganan más relevancia en Facebook. Varios de los periódicos más importantes del mundo se hacen eco de las noticias que sus corresponsales publican. Medios de comunicación que cuentan con la certificación de Facebook como auténticas marcas, empresas o personalidades.
No por ello, muchas personalidades escapan a la suplantación de identidad y acaban siendo carnaza para los que disfrutan de su humor, de los que quieran enturbiar su imagen pública e incluso, de mentir a los usuarios. Como en el caso del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y sus centenares de plataformas que se mofan de esta personalidad. Cabe decir, que yo tampoco soy devoto ferviente de este señor con ejemplos como este:
I have never seen a thin person drinking Diet Coke.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 14 de octubre de 2012
Las redes sociales toman conciencia de ello y tanto Twitter, como Facebook e incluso el mayor gigante de todos, Google; ya se pusieron las pilas modificando sus políticas de privacidad y la búsqueda de noticias falsas para eliminar y acabar con los malentendidos que ocasionan.
Mi finalidad con esta entrada es tratar de educar, concienciarnos y saber analizar la información a la que estamos expuestos todos los días. Por donde tiene que pasar el respeto a lo opinión íntima, el respeto a otros seres humanos, el respeto de las millones de personas que trabajan para que nos llegue una información veraz y de calidad. Que no todo es como nos lo quieren pintar, que hay que tener dos dedos enfrente y aprender a ser más subjetivos. Contar con varias fuentes distintas para una misma noticia y contrastar lo que dicen unas y otras. A fin de cuenta, somos los consumidores finales de esta información y nadie en este mundo quiere comerse una manzana podrida. A no ser que te quieras intoxicar, eso ya es decisión de cada uno.